sábado, 9 de abril de 2011

Capítulo I: Las escuelas y las tecnologías, en el torbellino del nuevo siglo


Por Mariano Palamidessi



Resumen:

El autor plantea que la escuela a sido establecida, desde un principio, como la forma más tradicional y socialmente mejor aceptada para otorgar conocimientos a los jóvenes. A nivel formador es la encargada de generar miembros de una misma comunidad que logren acoplarse a ésta, conociendo y respetando los códigos y símbolos que se manejan en dicha comunidad. La problemática que se plantea frente a esto es la llegada de las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) lo que pone en riesgo el carácter totalitario que tiene la escuela de otorgar aprendizajes, puesto que ahora, con internet, los niños acceden a cualquier tipo de información desde "la comodidad de su hogar" y sin la necesidad de asistir a clases, por ejemplo. Además, es toda la sociedad de las distintas partes del mundo la que quiere acoplarse a esta nueva forma de vida y de enseñanza. Es la globalización la que está acarreando a la comunidad entera a formar parte de las redes tecnológicas, sin importar su ocupación, ya que cualquiera puede (y debe) ser parte de la masa.

Opinión:

Estoy muy de acuerdo con las tecnologías que pueden integrarse dentro del aula para hacer así la clase mucho más didáctica.

Ya que sabemos que la estructura tradicional de las clases escolares no es muy entretenida para los estudiantes, la incorporación de las TIC se presenta como una forma de revolucionar las actividades normales, y así, proporcionar un mayor grado de atención por parte de los alumnos y, por ende, un grado de entendimiento más acabado que el que se conseguía antes, con metodologías arcaicas.

La mayoría de los profesores con mayor tiempo de antigüedad en el rubro, se niegan a aceptar estos nuevos métodos de enseñanza, a diferencia de los profesores recién titulados, que llegan con todas estas nuevas ideas a establecerlas en los colegios donde comenzarán a trabajar. Lamentablemente, muchos no pueden llevar a cabo sus ideas porque los otros profesores se oponen. En el texto, el autor también menciona el sentimiento de pérdida de identidad ya que lo que lo viene implícito con todo el proceso de globalización, que acarrea toda una cultura única y estándar, es la pérdida de lo que había antes de esta nueva cultura: la cultura originaria. Por este mismo sentimiento de pérdida, se comprende que muchos profesores tradicionalistas, quieran mantener las metodologías y procedimientos iniciales, para no perder con la llegada de la nueva cultura, su verdadera identidad.




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